RADIO ROBOT
Extraño mucho hacer Radio. Cómo me gustaría crear un equipo de comunicación, sin los estándares de los corporativos o gente que se niegue al futuro de la nuevas voces, al estilo y a la frescura.
El problema de trabajar en establecimientos fundados con muchos años, es que muchas veces conservan valores y estándares anacrónicos; es decir, que no convienen al contemporáneo, y peor, que no llegan a audiencia, porque no quieren creer que las cosas ya no funcionan, como los funcionó a ellos en sus años. (drop the mic)
STORY TIME.
Es Febrero del año 2021, la pandemia comienza a escurrirse como agua de lluvia, por las grietas de nuestra realidad. El agua llega a filtrar en nuestra certezas. Empiezo a pensar, que este es un momento para hacer RESET. Todos queremos por un momento empezar de nuevo, todos deberíamos tener esa oportunidad. Si la música va a parar, por qué no intentar nuevas cosas. Por qué no jugar a hacer lo que he querido, pero por diestra o siniestra, nunca he tenido el tiempo.
Escena 1. Desde pequeño me gustaba la Radio, uno de mis tesoros más grandes de niño, era un radio-portátil que mis padres me regalaron, tenía forma de robot, los knobs para navegar entre AM y FM eran sus ojos, y el parlante era la boca del robot, la antena salía de su cabeza y el cuerpo del Radio Robot era color naranja. Andaba a todos lados con ese Radio, aprendí mucha música gracias a ese tesoro, y poco a poco empezó mi melomanía. Gracias Robot.
Escena 2. Crecí, y más grande tuve un Chevy color blanco, el cd player, estaba roto, y sólo podía usar la radio, sintonizaba mucho 106.1, en especial la barra de jazz y rock que ponían los viernes, y cuando iba a Ciudad de México sintonizaba Horizonte. Escuchar la radio de esa manera, es como ver t.v abierta, muchas veces hay cosas basura, pero otras veces te acabas enamorando de ciertas joyas. De ahí tenía un bloc de notas y apuntaba toda la música que me sorprendía, recuerdo un día yendo de regreso a casa escuchar Morning de Steve Turre, y buscarla como loco por todo internet. Ese y miles de tesoros me regaló la radio.
Escena 3. La pandemia sigue, y yo veo una publicación de Radio UAEM donde invitaba a nuevas voces a colaborar con un espacio al aire. Inmediatamente corro a casa, grabo un demo, edito la música, hago un script, y mando mi propuesta. A las semanas me llega la notificación y quedo seleccionado para tener un espacio al aire. Me emociona mucho poder ser parte de algo con lo que crecí, parte del robot-radio, parte de la gente que busca sorprenderse o perderse de vez en vez en las ondas radiofónicas, que elegir lo que ya conocen.
Durante meses grabé, entreviste, edité y busque tener charlas con músicos que me interesaban mucho, con gente que yo admiraba. En realidad me gustaba el oficio. Y honestamente creo que lo hacía bastante decente.
Todos estos capítulos están en Spotify y en SoundCloud, y te los comparto aquí.
Ojalá pronto te encuentres con un Robot que cambie tu vida.
