Ayer la bibliotecaria me regaló una galleta. Para la butte me dijo con una voz cortada que venia desde un pozo inmenso en su pecho. Desde hace días que paso mucho tiempo en la biblioteca, siempre me gustó la idea de estar rodeado de silencio y libros, si uno lo piensa está rodeado de palabras en silencio. Si uno lo piensa está rodeado de palabras que esperan su turno a que algún alma distraída las recorra.
La bibliotecaria me regaló una galleta.
La bibliotecaria me regaló una galleta.
La bibliotecaria me regaló una galleta.
Ayer la bibliotecaria me regaló una galleta. Para la butte me dijo con una voz cortada que venia desde un pozo inmenso en su pecho. Desde hace días que paso mucho tiempo en la biblioteca, siempre me gustó la idea de estar rodeado de silencio y libros, si uno lo piensa está rodeado de palabras en silencio. Si uno lo piensa está rodeado de palabras que esperan su turno a que algún alma distraída las recorra.